El valor de la Sabiduría. Belleza. Bondad. Manuel Valera. Entrevista.
- Editorial
- hace 3 horas
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Manuel Valera, periodista y escritor, llama la atención. Saber unir el mundo tan distorsionado y decadente actual, con el conocimiento de lo que es real, de lo que vale la pena, no es fácil. Él lo hace.

V&M . Manuel, eres una persona muy reconocida como periodista por tu forma de opinar en canales libres y alternativos como X. Te agradecería nos explicaras como decidiste dejar un estatus muy subvencionado, y ser librepensador.
Planteada de esa manera la cuestión, da la sensación de que uno ha pertenecido a un medio del cual se ha escapado en un momento concreto: en el momento exacto en el que se ha decidido optar por la libertad. Pero lo cierto es que la cosa ha ocurrido justo al revés. Yo no fui periodista y luego me di cuenta de ser libre. Nací libre. Moriré libre. Nada más. Quise ser periodista luego, desde los nueve o diez años, creo recordar. Esencialmente, porque me gustaba la palabra como modo de expresión –de hecho, no “soy” periodista, sino que ejerzo como tal–. La esencia, el ser, según mi criterio, es anterior a todo esto, de modo que no soy un señor que ejerce el periodismo y la escritura, sino que quien soy, en sentido estricto, es ése que “está dentro” y que me está viendo escribir y trabajar como periodista. Empecé la carrera en 1994, y desde entonces hasta hoy, he pasado por prensa escrita, radio, televisión y redes. Siempre de paso, obviamente, como todo en esta vida. Me siento afortunado, mucho, porque en ninguno de los lugares por los que he pasado he tenido que cumplir con labores de las que después avergonzarme. Nunca he dicho o escrito lo que no quisiera decir o escribir. Nunca me he visto en la obligación de mentir, lo cual, en los medios de comunicación, habla de una suerte excepcional, en efecto. Pero mi conocimiento desde dentro del sector me lleva a conclusiones muy claras al respecto. Los medios de comunicación no han sido comprados por el poder, como muchos sostienen, sino que le pertenecen desde su creación. Luego estoy trabajando, lo sé, en territorio ajeno, en un ecosistema en el que los peligros acechan desde que amanece, y aun cuando uno duerme, como un animal que busca su supervivencia en un medio hostil. En redes me expreso con libertad plena, sin pensar en las consecuencias que eso pueda tener en lo laboral, porque si así fuese, ya no sería libertad. Sé que estoy baneado, ocultado, silenciado, pues los mensajes que lanzo no concuerdan con lo que el discurso oficial desea, pero esto es algo que me pasa a mí y a cualquiera, periodista o no, que se exprese sin obedecer, sin creer en la mentira de diseño, sin la pretensión de propagar el odio y el miedo, que es la razón última de los medios a disposición del poder. El periodista cuenta lo que ve. O debería. El poder desea que cuentes lo que él pretende hacernos ver.
Me siento afortunado, mucho, porque en ninguno de los lugares por los que he pasado he tenido que cumplir con labores de las que después avergonzarme.

El periodista cuenta lo que ve. O debería. El poder desea que cuentes lo que él pretende hacernos ver.
V&MM. Me llamo la atención un artículo tuyo hablando de la belleza. Precisamente en nuestro Magazine se comprende la belleza como algo que ya se vio en el código áureo, el código universal. ¿Por qué hay tanta confusión en lo que es. bello o no.?
En el ejercicio de la belleza puede que se halle la diferencia entre vivir con sentido o sin él. Desde la poesía, esto se comprende muy bien. “La gente necesita poesía aunque no lo sepa”, dice José Hierro, y acierta de lleno, me parece. Lo bello no sólo está en el poema, aunque el verso y la metáfora constituyan algunas de las herramientas más idóneas para trabajar en este campo. Hay belleza en todo, porque la hay en nuestra mirada, y entonces comprendes que esa especie de armonía, de sentido, de coherencia, ya estaba aquí antes que nosotros. Las hormigas afanándose desde el primer rayo de sol, el sol mismo, la pintura, un abuelo jugando con su nieto, la belleza de la resistencia ante el feo mundo que nos plantean, la belleza de los cuerpos sobre los que el tiempo va firmando su quehacer, las bellas canas, el bello rostro arrugado de una anciana que nos cuenta sus historias de juventud, la risa de los niños y su complicidad con los perros, el olor de los libros antiguos, la reinauguración incesante del mundo desde los confines de Aries, la carne revelando y derramando sus misterios... Si pensamos en las matemáticas, ese lenguaje secreto que nos guía de manera sutil, pronto comprendemos que están regidas por lo bello. Los matemáticos de vanguardia, desde hace algunas décadas, están ocupándose de ese asunto, de la relación entre las matemáticas y la belleza. ¿Por qué algo nos parece bello o lo contrario? ¿Por qué existe un número áureo, inscrito en nuestro ser, en el mismo ser del mundo, que parece el código pin con el que se activa nuestra comunicación con lo bello? Yo no lo sé. “No sé qué es poesía, pero estoy dotado para detectarla en todo”, afirma Borges. Y donde él dice poesía, podemos decir belleza. Yo no sé qué es, pero sé dónde está, sé el bien que nos hace, sé que uno de mis propósitos es buscarla, recrearme en ella, disfrutarla, crearla o recrearla, expandirla, contagiarla, echarla de menos. El poder pretende un mundo feo, de ahí la fealdad de las expresiones artísticas actuales, porque sabe que la belleza nos conecta con lo que somos, con lo que realmente somos, que no es lo que ellos quieren para nosotros. No fuimos hechos para vivir como bestias, sino para buscar la virtud y el conocimiento. Esta reflexión de Dante Alighieri supone una verdad escandalosa y urgentísima. Frente a la fealdad y la esclavitud que nos desean aquellos que nos consideran ganado, la respuesta es belleza y libertad, valga la redundancia.
En el ejercicio de la belleza puede que se halle la diferencia entre vivir con sentido o sin él.
El poder pretende un mundo feo, de ahí la fealdad de las expresiones artísticas actuales, porque sabe que la belleza nos conecta con lo que somos, con lo que realmente somos, que no es lo que ellos quieren para nosotros

V&MM. ¿Has oído hablar de metafísica? ¿Crees que la humanidad actual esta sumergida en un sueño de ignorancia que muchos no compartimos?
Metafísica: literalmente, lo que está más allá de la física. Y aunque la palabra tenga su origen en un hecho muy concreto que alude a la disposición en determinada biblioteca de los libros que nos han llegado de Aristóteles, lo cierto es que el concepto es anterior y permanece vigente. La ciencia, como tal, a mi juicio y al de otros muchos, se aparta del conocimiento a finales del siglo XIX. La ciencia oficial, concretamente. Porque comienza a ser empleada como instrumento de sometimiento. Desde entonces, se maneja con herramientas propias de los grupos religiosos organizados. “Esto es ciencia”, se dice ahora, queriendo expresar que tienes que admitir como dogma de fe lo que te están ofreciendo. Y eso no es ciencia, claro está. Más allá de lo físico, lo metafísico, lo que está más allá, lo que no es evidente a simple vista. Me da la sensación de que siempre hubo sabios, de que en todas las generaciones existió gente que logró el acceso al conocimiento verdadero, y de que lo alcanzaron por senderos pequeños, tortuosos, solitarios, nunca por las anchas calzadas de lo oficial. “Todo es luz”, dice Tesla, por ejemplo, y yo entiendo que está señalando a la vibración, al electromagnetismo, a lo energético como condición principal de lo existente. Los sabios callan más de lo que saben, al contrario que los necios. Y dicho esto, mejor callo, ¿no?
V&MM ¿Qué se podría hacer para que la sociedad despertara?
Nunca he alardeado de estar despierto. No me considero en un estado de vigilia frente a una multitud que dormita. Porque a veces uno sueña estar despierto. Más que despierto o dormido, lo que pretendo es ser coherente. Si proclamo que soy libre, lo que no puedo hacer a continuación es entregar esa libertad a un sistema que me prepara una jaula para extraer de mí lo más valioso. Pero tampoco nos podemos limitar al acto de negación: la libertad consiste en negarse a obedecer a criminales, sí, pero no ha de quedarse en la mera resistencia. Hay que ir más allá, y emplearla como método para moverse, para alcanzar el conocimiento, para experimentar, para recordar qué vinimos a hacer aquí, para practicar la virtud, para equivocarse, para ser mejores. ¿Esto se puede hacer en sociedad? Unido a la masa, no, me parece, pero sí en comunidad. Supongo que esto es lo que está ocurriendo en el mundo desde hace unos años a esta parte. Cada vez nos compartimentamos más. Vengo convenciéndome desde 2020 de que la convivencia entre libres y esclavos va a terminar siendo imposible. Lo que sí parece claro es que el sistema se halla en un momento de descrédito acusado. Los que no creemos en las instituciones, los que estamos convencidos de que las actuales han sido creadas contra nosotros, no sólo somos muchos sino que cada vez somos más. Y alguien que ha llegado a este punto no retrocede. El rechazo hacia este sistema no es reversible, y dudo que un sistema subsista mucho tiempo si sus integrantes lo rechazan de plano. ¿Qué va a venir? Cómo anticiparlo. Y que sea algo mejor o algo aún peor, depende en gran parte de nosotros. En plural. Hablemos. Compartamos. Encontrémonos. Justo lo contrario de lo que pretenden, como es lógico.
Si proclamo que soy libre, lo que no puedo hacer a continuación es entregar esa libertad a un sistema que me prepara una jaula para extraer de mí lo más valioso
V&MM. ¿Qué te gustaría compartir?
Para comprender, comprenderse. Para amar, amarse. Para respetar, respetarse. Difícilmente puedo ofrecer a los demás algo que me estoy negando a mí mismo. “Contengo multitudes”, revela Walt Whitman, y todos esos que soy a la vez, algunos de ellos contradictorios entre sí, parecen maestros escogidos para avanzar. Benditas sean las dificultades y benditas asimismo las alegrías. Ojalá podamos seguir compartiendo experiencias, ideas, sentimientos, anhelos, versos. Ojalá nos encontremos.
Benditas sean las dificultades, benditas sean las alegrías.
Muchas gracias Manuel.
Sigue a Manuel en X @mmvaleraes
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