Alguna vez te has preguntado:
¿Qué relación hay entre la alimentación y la espiritualidad?
¿Por qué nos alimentamos?
¿Qué es la espiritualidad y qué relación tiene con nosotros?
Preguntas que nos quedan en el aire y las dejamos ahí, o empezamos a buscar para comprender que sucede.

Durante muchos años no me había preguntado nada sobre alimentación. En cuanto la espiritualidad, este nombre quedaba muy lejos, pero sí que tenia experiencias que me acercaban y abrían a una energía amorosa.

Comer es un hábito común en todo el mundo. Lo veía tan natural y necesario que no se me ocurrió indagar porque lo hacía. Pero la vida tenía otros planes para mí. Por problemas de salud familiar, me condujo a cambiar tres veces la forma de comer. En la última, me puso delante de la alimentación crudivegana. Aquí experimente la transformación. No podía definir qué pasaba, sentía pura alegría, vitalidad y amor por la vida. Había resucitado. El cuerpo volvía a vibrar y mi interior se despertaba. Afloró la niña que quería expresarse. Poco a poco, la luz de mi interior fluia con más claridad y potencia. Observaba que cuando me alimentaba de frutas y verduras, gozaba de su energía limpia, ligera armoniosa, haciendo saltar mi cuerpo de alegría.

Seguía experimentando otras sensaciones que llenaban mi ser, pero me eran desconocidas. ¿Que ocurría en mi interior? Sentía un amor tan grande que me desbordaba. Esto hacia que llegase a percibir el amor y la luz de otras personas. Se despertaba mi Conciencia. Aquí fue cuando empecé a investigar la alimentación y mi curiosidad por la espiritualidad.

Me hacia muchas preguntas y no dejaba de investigar. Me imaginaba un mundo lleno de luces de colores que brillaban intensamente. Cerraba los ojos y veía el cielo en la tierra. Los abría y me encontraba con la realidad. Pero sabía que cada ser tiene su estructura, su vibración, su luz y son irrepetibles. Me decía, están haciendo su camino, con su alimentación, sus hábitos, sus descubrimientos y también llenan el mundo con su luces brillantes. Me quedaba tranquila, pero seguía soñando con una tierra llena de luz.

Intuía que aquello que entraba en el cuerpo, no era sólo el nombre que daba a los alimentos frutas , verduras, o hortalizas, iba más allá de este formulismo. ¿Qué era?

Pasaron años para descubrirlo. Cuando más me sumergía en estudio de la alimentación, más patente se me hacía que lo que introducía en mi cuerpo tenía una repercusión, no sólo en mí sino en la globalidad.

Comprendí que el cuerpo necesitaba energía. La energía es vibración. El cuerpo reacciona de una manera o de otra, según la energía vibratoria que recibe. Con las vibraciones que le son asimilables, responde con placer, con las que no tiene más trabajo para cambiarlas o transformarlas. Pude observar en mí, que los alimentos con la energía vibratoria más densa actuaba con gran dificultad. Pero cada uno tiene que explorar su propio cuerpo, es su camino y elegir los que le sean más aptos. Aquí puse verdadero interés en descubrir y responsabilizarme para poder darle los alimentos con la energía más limpia, ligera y armoniosa. Cuando un cuerpo desborda de esta energía, vive libre de creencias, de normas o de estructuras, pero lo que más llama la atención es que algunos no tienen la necesidad de alimentarse físicamente. Si remontamos la historia hemos podido comprobar que en todas las épocas han habido personajes así. Seres que no necesitan comer. Viven del amoroso prana.

Sigo andando el camino y a cada paso descubro nuevas vibraciones y reacciones del cuerpo. Doy las gracias por estar aquí y comprobar que el ser humano es un milagro y un regalo. Las experiencias me ayudan a crecer y a descubrir nuevas vivencias que me dan fuerza para hacer el camino.


Mercè Passola

Cuina Viva.
web: www.mercepassola.com
Facebook: mercèpassola